Minutos a la izquierda
A Dante Nadir Gómez Esquivel
Quédate; tus labios beben mis ojos. Déjame so?ar: tu-no ausencia estará siempre en mi cabeza. No comamos al tiempo ?no es si bailamos en la luna-; él corre tanto (sin aviso) con tus abrazos de café.
Inventemos un reloj sin segundos; girará a la izquierda para no saber que nos vamos, para sentir eterno sólo un minuto.
Podemos decir: ?Se derritieron las horas, nos rendimos en la azul Persistencia de la memoria. Leonora nos alabó en la cueva de nubes, con doce testigos y una sombra voyeurista. Kuperman escribió nuestra historia en su lienzo: Amantes?.
Esbozos y lienzos. Abrazos, besos rozados. No olvidemos jugar ?tu lengua en mi piel-, Eros en tus-mis manos y el claro de luna ?sonando tus ojos-. Tampoco olvidemos nuestro reloj sin tiempo: medirá nuestra sangre ?no correrá lo suficiente-; nuestros minutos andarán a la izquierda.
A Dante Nadir Gómez Esquivel
Quédate; tus labios beben mis ojos. Déjame so?ar: tu-no ausencia estará siempre en mi cabeza. No comamos al tiempo ?no es si bailamos en la luna-; él corre tanto (sin aviso) con tus abrazos de café.
Inventemos un reloj sin segundos; girará a la izquierda para no saber que nos vamos, para sentir eterno sólo un minuto.
Podemos decir: ?Se derritieron las horas, nos rendimos en la azul Persistencia de la memoria. Leonora nos alabó en la cueva de nubes, con doce testigos y una sombra voyeurista. Kuperman escribió nuestra historia en su lienzo: Amantes?.
Esbozos y lienzos. Abrazos, besos rozados. No olvidemos jugar ?tu lengua en mi piel-, Eros en tus-mis manos y el claro de luna ?sonando tus ojos-. Tampoco olvidemos nuestro reloj sin tiempo: medirá nuestra sangre ?no correrá lo suficiente-; nuestros minutos andarán a la izquierda.
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