viernes, mayo 27, 2005

Hay un árbol de agua en la orilla de la joroba de arena. Aquí estoy yo, bajo él, resguardándome con su sombra tan seca que humedece mi piel. Mis dedos han comenzado a caerse y, con ellos, la tinta de mis ojos con la que escribía en las hojas del árbol. No puedo escribir más. ?Porqué se me hizo la cabeza como un frijol? ?Porqué no escribí nunca, a mis veinte a?os con diez meses y veintisiete días, como mi abuelo Cortázar, o como mi tío Borges o como mi amante Velasco? Porque ni Cortázar es mi abuelo, ni Borges mi tío, ni Velasco mi amante. Y aunque lo fueran, la sombra que da el árbol de agua en la orilla de la joroba de arena me secó la cabeza hasta hacerla como un frijol.

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