lunes, junio 06, 2005

"Otra pinche historia de ambulancias y hospitales, sí que estoy jodida"
Esto fue lo primero que pensé.
Es junio, hace calor allá afuera (aquí adentro también, muy adentro). Vemos la película de La Cruzada, que nunca entendimos. Es hora de irme. Me lleva hasta mi casa. Es la una de la ma?ana (bonita hora para una se?orita decente -no es mi caso-). Mi mamá está despierta y mi papá respira acelerado, pero dormido. No escucha el soberano desmadre que arma mi mamá porque llegué a esta hora (dramaticemos un poco).
-Hija de la chingada, tú no entiendes ??quién te dijo que las muchachas decentes llegan a esta hora a su casa!?- y yo le contesto: nadie, no es mi caso, -sínica, cabrona- y yo pienso: si quitamos la coma, se crea una cacofonía, -contéstame, que te estoy hablando-, mejor ve a tu esposo, que no puede respirar. Es mi papá, pero hay que dramatizar el diálogo un poco.
Está respirando literalmente a madres, o sea, a 912,731,273 por hora. -Está pedo-, ?si? ?y porqué no despierta con tu desmadre?, -No sé, ya lo tienes aburrido, ya lárgate a dormir-. Si, si, soy tan obediente que me voy a dormir (leer). Escucho que mi mamá le habla, pero mi papá no despierta. El mezcal estaba pesadito. Me quedo profundamente dormida.
Despierto a la ma?ana siguiente con mi mamá en mi cara -Ey, tu papá no despierta, no me oye-Se baja rápido a la habitación y yo bajo lento atrás de ella, medio dormida. Me paro en la puerta y en la cama mi papá amarillo (de ese color es naturalmente), se había vuelto un papá gris, afortunadamente respira todavía. -Háblale a Jorge para que me ayude a levantarlo-. JORGE!! Un grito a 1000 wats y el Jorge se levanta hecho la chingada. -?Qué pasó? qué desmadre traen?-. Nada pendejo, mira cómo está mi papá-. Lo levantan, no puede caminar, intenta abrir los ojos y hablar, pero sólo balbucea. Déjen le hablo a la ambulancia. Y mi mamá, como si le hubiera dicho que iba a encomendar el alma de mi papá al Don Lucifer -No, no, no, esos cabrones nunca llegan cuando se les pide, vámos a llevarlo nosotros, mientras busca en la basura alguna caja de pastillas -. Y encontré dos cajas de pastillas de 100, de esas para dormir, Rivotril, vacía, y una botella de 3/4 de mezcal, medio llena. Y ahi vamos al jodidamente benerable ISSSTE.

-?Qué le pasó?- Dice un médico.
-Se tomó unas cuantas pastillas para dormir, acompa?adas con medio litro de mezcal-. Dice mi mamá.
-Necesito que me traigan los recipientes de lo que tomó- Dice el médiquin.
Y ahi voy corriendo hasta la otra orilla de la Ciudad, por los pedacitos de las cajas y la botellita de mezcal. Aquí está doc, una bolsita negrita, por donde se transparentaba el buen nombre del mezcal.

No hay comentarios.: