miércoles, agosto 30, 2006

A veces estoy en nada; no hay un suelo rojo, ni un infierno azul, ni paredes bicolor. A veces brinco sobre carcajadas verdes y otras, jodidamente, en una lágrima opaca. Y entonces aparece, por ahí, en algún centro de mí y me revienta, me revienta, me revienta. Me revienta de caricias turquesa, de gui?os tijera, de falo obstinado. Absorbe mis santas histerias, mis cándidos demonios. Entonces, sigo en nada.
Y estamos en nada, entre sábanas, entre rincones. En nada. Contigo. En nada. Condenados a caricias tijera, a gui?os turquesa… y yo al falo que revienta mis cándidos demonios. Y tú a ahogar mis santas histerias con la lágrima opaca que arrancas de mis zapatos.

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